La esperanza dura en lo que acaba una canción.
Sábado, 01/18/2020
El Lugar
Era como un restaurante, con esos asientos de hule que encuentras en cualquier establecimiento. No me acuerdo qué cosas estaban sobre la mesa; creo que había un servilletero, mejor dicho, asumo.
Había mucha gente en el lugar pero estaban atrás de mí, enfrente de ella. Estábamos sentados un una esquina. Ella estaba de espaldas hacia la ventana. No me acuerdo que había en el exterior. Estoy 100% seguro que era de día. La ventana tenia unas cuantas persianas, con un grupo de ellas estando separadas a lo largo del marco. Era de día.
El lugar en que estábamos lo percibía como un hospital. Se escuchaba el murmuro natural de los humanos como cuando entras en una sala de teatro y la gente se esta acomodando, platicando y preparando para ver el show. Ese zumbido que confirma las conversaciones activas y que normalmente se pierde al menos que haya un grito o ruido fuerte que sobre salga y te haga reaccionar a todos los sonidos reales que habitan en el lugar.
La Conversación y la muchacha
Ella traía puesto un gorro negro. Su físico y semblante son casi idénticos a una compañera de trabajo que precisamente, se ubica enfrente de mi lugar. A lo lejano. Incluso, estoy 88% seguro que es una compañera que un día antes del sueño, se acerco a nuestro lugar de trabajo preguntando por liquido para sus lentes de contacto.
No me acuerdo de ciertos detalles de la platica. Recuerdo el sentir que yo tenia con la intuición de que ella estaba ahi para decirme algo especifico. Se sentía como que ella fue la que me citó en ese lugar para decirme “un secreto”.
Yo estaba muy receptivo, sin pocas palabras. (Las palabras y yo son como la lluvia y el valle de Guadalupe).
La conversación iba comenzando. Ella se introdujo como Tere.
()No quiero hacer de esto una fantasia, ni darle esa esencia de sobre-naturalismo (Si es que existe esa palabra). Estoy consciente de que mi sueño son la adjunción de muchos datos de hechos y vivencias que he experimentado en los últimos días, si es que no meses.
A cómo iba iniciando su conversación y finalizando la introducción de su persona; me dijo que era la hermana de Tere. Después de revelar ese dato, hubo un silencio. Me acuerdo que yo supe inmediatamente de quién estaba hablando pero no dije nada. Ella, pensando que mi silencio era debido a el intento de mi cerebro de localizar a esa tercera persona que no estaba presente al momento, me brindó información adicional; una característica grande de dicha muchacha, diciéndome: “La Guapa”.
Después de esa información, hubo otro silencio, esta vez más corto. Con su mirada puesta fija en mi y una expresión de “No te hagas güey que sabes de quien hablo”, rompió el silencio de nuevo en forma de pregunta: “¿Guapa?”
La respuesta
Sintiéndome atrapado por el sueño, con ese respirar de falta de control de mi persona, la manera en que asentí a su pregunta fue con una expresión facial. Sentía que estaba hablando con la mente. Escuché unas palabras que salieron de mí que no recuerdo exactamente pero nunca moví mis labios. El sonido de mi propia palabra trajo un sentimiento super agradable como cuando algo tiene todo el sentido del mundo y no tienes nada que hacer mas que reconocer la verdad. En este caso, admirar. Ahorita que lo pienso, estoy 55% seguro que dije la palabra: “¡Super!”.
Al mismo tiempo que yo dije esa palabra, mi cerebro seguía cavilando, tratando de encontrar una palabra mas propia, mas adecuada para conceptuar la esencia de esa tercera persona que creo que todos en el sueño sabemos quién es.
Antes de que mi cerebro pudiera encontrar algo, la imagen se desvaneció. El lugar se puso obscuro. El ruido fue obsoleto. Sintiendo mis manos heladas me di cuenta de que estaba despertando del sueño pero mi cerebro seguía buscando, todavía conectado con el mismo.
Ya más consciente, tratando de regresar a aquel lugar. Mi cerebro concluyó algo que provoco el mismo sentimiento que mi respuesta (integral) durante mi sueño. Así como estoy despierto y existo, encontré la respuesta que andaba buscando:
“Todas las palabras bonitas se quedan cortas”.
Los números no mienten
Algo mas raro que la ficción ha sido un aliado mio desde que tengo memoria. No he podido evitar viajar por la enigmática cuarta dimensión, perdiéndome en eventos que no son reales y experimentando las consecuencias de ese evento en el Aqui y Ahora.
Hoy tuve una vivencia que me impacto de una manera conmovedora. Mi corazón está cansado pero no se da por vencido. A la manera que trabaja un reloj, llegó el comienzo de un nuevo ciclo de una manera puntual que todavía ando cavilando, tratando de deducir que chingados significa.
Tenia que caer en el número 21. Dieciséis años y 9 meses mas tarde. El mismo sentimiento no puedo doblegar, converso conmigo mismo y me convenzo que es diferente, por un momento. Aquí esta ese residuo vacío donde el dolor no disimula la intención verdadera de hacerme tocar fondo. Persisto y le doy vueltas al asunto pero al final del día la situación es mas grande de lo que yo puedo guiar. Y se está haciendo muy viejo el sentimiento de lo que puedo soportar.

Siempre me he dejado fascinar por los números. Me atraen, me gritan. Me dicen algo mas que una cifra; como parte de mi destino. Al juntarnos, sumarlos, la cifra final retumba en mi ser, volteo para todos lados tratando de encontrar a ese ser, al autor del libro de mi vida. Lo imagino mandándome pistas por medio de los números, para ver si puedo tomar la trayectoria que he sido creado para tomar. En cierta forma, los números me dan esperanza e irónicamente, sus recuerdos son muy dolorosos.
Cada día que pasa es una pista mas hacia un destino trazado desde la fecha en que nací. Espero llegar un día a el.
Mandeme

Volando arriba del bloqueo mental
Todo puede pasar…